jueves, 19 de junio de 2014

THE MASTER

                    THE MASTER 

Todo empieza con unos remolinos dibujados sobre la estela de un acorazado de la Segunda Guerra Mundial. Espirales que, como las de'Vértigo' (Alfred Hitchcock, 1958), advierten al espectador de que está a punto de embarcarse en una aventura sinuosa e imprevisible, al borde de lo onírico. Y es que 'The Master' serpentea como un sueño febril: una pesadilla habitada por dos bestias primitivas que aspiran a explicarse mutuamente. A un lado, Joaquin Phoenix como un encorvado y alcoholizado trasunto del joven John Steinbeck; y, al otro, Philip Seymour Hofman como el titiritero que aspira a sanar/embaucar a una América sedienta de nuevas esperanzas (un avatar de L. Ron Hubbard, padre de la Cienciología).
Fiel a sus obsesiones, Paul Thomas Anderson reescribe su eterno drama familiar de hombres empeñados en reinventarse a sí mismos, y por el camino descubre nuevos horizontes de ambición, libertad y complejidad. Así, 'The Master' (un flm expresionista, clásico y moderno al mismo tiempo) se entrega a una suerte de vagabundeo narrativo por los recodos más oscuros de la psique. Un gran relato americano que, a golpe de elipsis y de una épica intimista concentrada sobre primeros planos, se eleva como una obra tan hipnótica como hermética: como dicen los yanquis, puro alimento para el pensamiento.

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