jueves, 19 de junio de 2014

JACK REACHER

                    JACK REACHER 
Escritor versado en esa alquimia esquiva que conocemos como ficción best seller, Lee Child ha destilado el mínimo común denominador de las fantasías viriles con un personaje, Jack Reacher, que parece conocer todos los anhelos ocultos de su consumidor masculino. La fórmula no es fortuita, sino que basa su olfato comercial en un conocimiento exhaustivo de sus precedentes: algo así como una aceleración del antihéroe chandleriano que pasa, también, por hitos cinematográfcos como Lee Marvin o el Clint Eastwood más ceñudo.
La película de 'Jack Reacher' es una máquina de precisión que se nutre del carisma blindado de Tom Cruise, capaz de inyectarle slapstick a una agresión por la espalda y de mostrarse, si la ocasión lo requiere, calculadamente machista. El único problema es, precisamente, ese exceso de cálculo, que obvia el sustrato macarra de las novelas originales y obliga a Christopher McQuarrie a optar por un estilo enérgico, pero sin hipérboles ni desvíos de lo funcional. En suma, la fórmula Reacher satisface (y mucho) en su salto al cine, pero no expande sus límites.

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