Cine, el Séptimo Arte
Todo comenzó un 28 de Diciembre de 1895, y desde entonces no terminó. ¿Quién iba a imaginar que lo que parecía un simple invento, hecho por dos hermanos franceses, hijos de un fotógrafo, se convertiría en el arte más completo y hermoso que el humano ha visto jamás delante de sus ojos?
Partiendo por una simple proyección de una película de obreros saliendo de su fábrica, que no tiene una duración de más de un minuto, pasó a ser un fenómeno de proporciones épicas, la magia en todo su esplendor hizo acto de presencia en aquél salón parisino, y la ilusión llegó de la mano del asombro de unos 33 espectadores, que tuvieron el privilegio de que en sus memorias yacen las primeras imágenes que el mundo conoce como Cine.
Hay que tener cierto talento para hacer creer a un puñado de personas, que están sentados frente a una pantalla, que el tren que aparece proyectado, realmente cruza y sale de la pantalla, con el afán de aplastar a todos los presentes, por eso los Lumière son recordados hasta día de hoy.
Pasan los años, las décadas y los siglos, nacen personas, otras se van, nacen partidos políticos, equipos de fútbol y movimientos artísticos, pero lo que perdura a través de esos años es lo que verdaderamente importa, la moda llega y se va, pero el Cine es ajeno a dichas modas, porque el Cine es algo eterno y inoxidable. Todavía recordamos como si hubiera sido ayer, a un tal Chaplin poniendo un bigote y un sombrero, para irse a trabajar a la fábrica metalúrgica, o un mago llamado George Méliès, aterrizando su nave espacial contra el ojo derecho de la Luna, o a un vaquero sin nombre en busca de oro, en alguna tumba de un cementerio en pleno desierto, o un taxista que quiere limpiar la ciudad de Nueva York, o a un arqueólogo en busca de un cofre sagrado, o a un tiburón que arrasa con todos los bañistas de una tranquila playa. En fin, los ejemplos son infinitos y la verdad es irrefutable, de que el Cine fue, es y será, sin dudas, el arte más importante y hermoso que Dios creó, ¿o fue Edison el creador?
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