En el guión decía: "Travis se mira al espejo". Pero Travis miró más allá de un simple espejo, vio el reflejo de la sociedad, de un sociedad decadente y llena de vicios. Travis se siente deprimido, ansioso y rechazado, fue un veterano en Vietman, sobrevivió al napalm, a la selva, vio perder a más de 58.000 compatriotas, y vio perder la Guerra, pero aún así, sus traumas, sus problemas y su inestabilidad mental no están en Asia, si no que están en Nueva York.
En el día intenta conquistar a la promotora de un candidato presidencial, por las noches viaja sin rumbo, en su taxi, por la turbia ciudad, esquivando ladrones, homicidas y prostitutas, o asistiendo a su cine porno favorito, a llenar el vacío que tiene en su alma, pero una pequeña luz brilla en el fondo del oscuro túnel de la civilización neoyorkina, esa luz ilegal es Iris, una prostituta de trece años, que vive sumergida en el mundo que Travis odia. Por eso, decide cambiar y limpiar la ciudad, pero no con una escoba, si no que con un arma, para eliminar aquellas cosas que aquejan a la sociedad, y que lo aquejan a él.
Ahora me pregunto: ¿No andará Travis, por casualidad, cerca de Santiago, para limpiarla un poco?
Si invitan a viajar a Nueva York, yo diré ¿Me estas hablando a mí?
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